«e lançado: no digo de·las cosas: que la vanidad mundana con toda affeccion dessea. mas de aquestas miserias: que penalmente agrauian la alma de tu sieruo con la comun maldicion de·la muerte e detienen. que no pueda entrar en la liberdad del spiritu: quantas vezes le pluguiere: O Dios mio dulcedumbre que dezir no se puede: torna en amargura toda la consolacion carnal: que me aparta e retrahe del»