«muchos a mi voz son sordos. e duros. muchos de mejor grado oyen al mundo: que a Dios. mas antes siguen el apetite de su carne: que la volundad de Dios. El mundo promete cosas temporales e pequeñas: e siruen le con gran desseo. yo prometo cosas altas: e eternas: e entorpecen se los coraçones de·los hombres. Quien me sirue e obedece en todas las cosas con tanto cuydado: como»