«pequenyas reprehendemos en los otros. e passamos nuestras mayores culpas. Muy presto sentimos: e pesamos lo que de·los otros suffrimos. Empero no miramos: lo que fazemos suffrir a los otros. Quien pesasse bien: e iustamente sus cosas: no ternia que juzgar de otro grauemente. El hombre interior antepone su cuydado al de·los otros. e el que entiende con diligencia en si mismo: de ligero calla de·los otros. Nunqua»