«e no lançamos de nos las vanidades exteriores Conosce te ser indigno de·la diuina consolacion: e muy digno de mucha tribulacion. Quando el hombre sta perfecta mente contrito: entonce le parece muy graue: e amargo: todo el mundo. El bueno siempre falla materia sufficiente de se doler: e llorar. Ca si quier considere de si mismo: quier piense del proximo: sabe: que ninguno viue en este mundo sin tribulacion. E»