«ca mas francamente rogara a Dios por nos. E por ende por la su muerte non nos deuemos de doler mas de gozar. ansi como dize sant Geronjmo. Si lloramos a nuestros muertos los que resurgir creemos. que fariamos si Dios tan solamente los mandasse morir, e nunca resurgir? La su sola voluntad avriamos por remedio a la qual non deuemos ante poner algunt amor, o afecto. ca al onbre deue»