«Muysen fablando d·esta cosa. El peregrino que entra por las tus puertas da·le de comer. Pues que ansi es. si Dios mando de ty peregrino tener cuydado, considera que non te desanparara mas fartar te ha por otros, o por si mjssmo, e de aquesto ay enxienplos muchos.§ Para mjentes como Dios ama al peregrino al qual da el comer, e el vestir. Mas çiertamente non es de entender»