«pusieron el fuego que les era mandado, a montones de lenya, cerca los muros. Los gergentinos, vjendo subjr el fumo cuydaron que la cibdat ardiesse. E tornantes atras con mjedo por amor de defender aquella, encontraron aquellos que cerca los muros eran en embosca, e aquellos que haujan encalçados costrenyien los detras, assi que fueron en medio espedaçados.§ Viriato ordenando la cauallerja en scondido, enujo algunos pocos por tomar el bestiar»