«de Sabina, e no quisiesse manifestar a alguno su secreto, no respuso cosa alguna al missagero que su fijo Tarquino le hauia enuiado, mas solamente como por ventura andasse por su huerta, abatio con vna varilla que en·la mano trahia las pampaneras mas crecidas. El missagero tornando sin respuesta reconto a Tarquino el moço lo que hauia visto fazer a·su padre. Aquel entendio que assi deuia fazer de·los»